Jaguares rompió en su visita al mediocre Atlas una racha de seis meses sin obtener una victoria como visitante y los vuelve a hundir en su particular pelea con Tecos por decidir al peor equipo de México. ¡Vaya que se esfuerzan!

Jaguares no había podido ganar como visitante desde septiembre del año pasado; de hecho, a pesar de jugar bien por grandes lapsos, sólo ha podido derrotar a los momentáneos últimos lugares de la tabla (Chivas, Querétaro y Tecos), en calidad de local y ha sufrido lo indecible cada que sale de la selva. Pero hoy encontró alivio en el oasis instalado en el Jalisco, donde Atlas fungió como amable anfitrión.

El problema para los rojinegros es que Atlas sencillamente está muerto. Y si no lo está, lo disimula muy bien. No marca gol ni por equivocación, genera muy poco -por no decir nada-, juega en un nivel muy pobre y ya ni siquiera luce prometedor ni ilusiona a su gente, máximo consuelo para equipo y afición cada seis meses. Este Atlas está muerto. Solamente la presencia de Tecos los mantiene deambulando y dando penas en Primera División, aunque parece que ya no les quedará mucho de ese colchón.

Sólo hay que ver los goles de Jaguares para confirmar que los Rojinegros no tienen la menor idea de lo que hacen. Luis Gabriel Rey definió como quiso ante la débil marca defensiva para el primer gol visitante. Ya con el rival sometido, Miguel y Jackson Martínez se apuntaron con dos goles de buena hechura, logrados en parte porque los encargados de evitarlos se las ingeniaron para dejar recibir un balón botando dentro del área en el gol del primero y de ver, incrédulos, cómo remataba casi cayéndose (dentro del área, por supuesto), para el gol del segundo y tercero de los chiapanecos.

El colmo de la debacle y las mejores muestras de que todo lo que hacen, lo hacen mal, son las expulsiones de Erpen (63′) y Santos (90′), para dejar aún más desprotegido a un equipo que de por sí ya hace agua.