La serie tuvo 175 minutos que sirvieron de un desesperante adorno a los 5 minutos finales, los de la definición.
Primero Suazo y luego Nery Cardozo, al 88′ y al 91′, pusieron fin a la lucha universitaria, que apretó mucho, sudó más, pero no atinó nada a la hora de los goles, que al fin y al cabo, son los únicos que podían enviarlos a la final. En esto también Orozco tuvo mucho que ver.
- 2Monterrey
- Universidad
Universidad: Bernal; Verón, Palacios, Velarde, Cortés (Fuentes 72′); Castro, Augusto, Chiapas (Rojas 68′); Palencia (Cacho 59′), Bravo, López
A lo largo de los dos partidos, Vucetich, un hombre que sabe de liguillas, finales y campeonatos, eligió la táctica sobre la inspiración de sus muy ingeniosos futbolistas. Él sabía, y seguimos hablando de Vucetich, que para avanzar en estas instancias lo más importante es no recibir goles, sobre todo, cuando tienes el empate global como resultado a favor. Otro detalle bien detectado por Vuce fue el ataque universitario, que no es precisamente el más dañino que podía enfrentar. Así que se la jugó y le salió. Primero, bien parados atrás, acumulando mucha gente en medio campo y, después, sólo si había oportunidad, dejar el resto en sus muy buenos futbolistas.
La afición rayada no suele comulgar mucho con la idea de un futbol más precavido, pero en esta ocasión respaldó la decisión de su técnico, que ya les ha demostrado su manejo en esta etapa del torneo.
Memo Vázquez también tomó una decisión, totalmente opuesta, dibujar un parado como referencia, pero dejando todo el destino en los pies y en la mente de sus futbolistas. Que ellos se hicieran cargo de todo. Tampoco estuvo mal, pues su equipo, durante toda la eliminatoria, tuvo la calificación a un sólo gol de distancia.
Pero el juego se definió a favor de Monterrey por todas las causales del futbol: Jugadores, técnico y fortuna. En todas ellas Monterrey las tuvo consigo, y por eso selló el pase a la final.
Final norteña entonces, Monterrey Vs Santos, un duelo que desde ya anuncia pasiones encontradas entre aficionados. Los capitalinos… a mirarla por TV.